Unión, Renovación y Fe: ¿Un nuevo aliado para Kicillof en la Legislatura?

    12/05/2025La Politica QuilmeñaLa Politica Quilmeña
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    La irrupción del bloque Unión, Renovación y Fe en la Legislatura bonaerense podría convertirse en un punto de inflexión en el mapa político de la provincia. Con tres senadores y nueve diputados, esta nueva bancada no solo cristaliza una fractura interna en La Libertad Avanza, sino que también abre la posibilidad de un nuevo equilibrio de fuerzas en favor del oficialismo de Axel Kicillof. Aunque sus integrantes aseguran que mantendrán una postura independiente, su alejamiento del presidente Javier Milei y de su operador en la provincia, Sebastián Pareja, habilita especulaciones sobre eventuales acuerdos con sectores del peronismo.

    Hasta ahora, el oficialismo de Unión por la Patria ha gobernado en minoría en ambas cámaras. En Diputados cuenta con 37 bancas sobre un total de 92, y en el Senado con 21 sobre 46. Esta situación obligó al gobernador a construir consensos con bloques opositores para sancionar leyes clave. La aparición de Unión, Renovación y Fe, con representación suficiente para inclinar votaciones reñidas, podría facilitarle a Kicillof las negociaciones legislativas, en especial en áreas sensibles como financiamiento, obras públicas o eventuales cambios en el calendario electoral.

    El nuevo bloque está encabezado por el senador Carlos Kikuchi, quien fue uno de los principales armadores de La Libertad Avanza en la provincia antes de romper con la conducción nacional del espacio. Lo acompañan en la Cámara Alta Sergio Vargas y Silvana Ventura. En Diputados, en tanto, la bancada se compone por Gustavo Cuervo, Fabián Luayza, Martín Rozas, Sabrina Sabat, Constanza Moragues Santos, María Laura Fernández, Salomé Jalil Toledo, Viviana Romano y Blanca Alessi.

    La ruptura con La Libertad Avanza comenzó a gestarse durante el último tramo de la campaña presidencial, cuando el espacio libertario inició un acercamiento al PRO. Según denunciaron dirigentes hoy enrolados en Unión, Renovación y Fe, el conflicto interno estalló con la intervención directa de Karina Milei y Sebastián Pareja, quienes habrían desplazado a referentes bonaerenses para imponer coordinadores externos. La falta de reconocimiento a quienes construyeron territorialmente el partido y el estilo verticalista terminaron de tensar la cuerda.

    Desde el entorno de Kicillof observan con atención la situación. El gobernador ha planteado en reiteradas oportunidades la necesidad de contar con respaldo legislativo para avanzar con una agenda que incluye nuevas estrategias de financiamiento provincial y reformas institucionales. La atomización de la oposición puede funcionar como una oportunidad táctica: en lugar de depender exclusivamente de los bloques de Juntos por el Cambio o de la propia LLA, ahora podría construir mayorías parciales con alianzas específicas.

    No obstante, el escenario es volátil. Dentro del propio oficialismo persisten tensiones entre sectores kirchneristas y líneas peronistas más tradicionales. Un acercamiento demasiado explícito con ex libertarios podría incomodar a algunos actores del Frente de Todos, lo que obliga a Kicillof a calibrar cuidadosamente cada jugada.

    El bloque Unión, Renovación y Fe emerge así como un actor clave en una Legislatura sin mayorías, donde la gobernabilidad depende de acuerdos frágiles y pragmáticos. Su rol, aún en construcción, podría inclinar la balanza en votaciones decisivas y contribuir a reconfigurar el tablero político bonaerense en los próximos años. Por ahora, lo único claro es que el escenario en la provincia está abierto como pocas veces, y las definiciones que vendrán marcarán el rumbo político del ciclo que se inicia.

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