Un comerciante se quitó la vida tras una clausura municipal: críticas de Albasetti y el testimonio de los comerciantes

Un trágico episodio sacudió Quilmes Oeste este jueves al mediodía, cuando Marcelo Montero, un comerciante de 58 años, se disparó en su local ubicado en la intersección de la avenida Calchaquí y Andrade, luego de recibir una nueva clausura por parte de inspectores municipales.

Montero, propietario de un kiosco, ya había enfrentado una clausura en noviembre pasado por operar sin habilitación y no cumplir con los requisitos del Registro Provincial para la Comercialización de Bebidas Alcohólicas (REBA). Según vecinos, a pesar de las sanciones, el comerciante reabrió su negocio argumentando que "tenía la necesidad de trabajar".

En esta ocasión, inspectores de la Agencia de Fiscalización del Municipio de Quilmes fueron al lugar para proceder a una nueva clausura. Durante el operativo, surgió una discusión entre Montero y los funcionarios, que escaló rápidamente. En un momento de tensión, Montero extrajo un arma de fuego y se disparó en la sien. El SAME acudió de inmediato al lugar, trasladando a Montero al Hospital de Quilmes en estado crítico, pero lamentablemente falleció horas más tarde debido a la gravedad de la herida.

El fiscal de carga, Curra Zamaniego, ordenó el secuestro de la pistola utilizada, una BERSA Mini Thunder calibre 9 mm, e inició una investigación para esclarecer los hechos. Asimismo, se analizan cámaras de seguridad y se toman declaraciones a los testigos presentes en el lugar.

El caso genero conmoción en la comunidad local y un fuerte debate político. La concejala libertaria de Quilmes comparó el accionar de la gestión municipal, liderada por la intendenta Mayra Mendoza, con las prácticas de la Unión Soviética bajo Stalin. "Hoy, los inspectores municipales en Quilmes actúan como las brigadas de Stalin: persiguen a los comerciantes con clausuras para sostener un estado gigantesco. Estoy en contra de todo tipo de coerción a los vecinos usando el aparato estatal", declaró.

Por otro lado, los comerciantes de la zona expresaron su descontento con el trato recibido por parte de los inspectores municipales. Según testimonios en off, los funcionarios actúan con "malos modos, prepotencia y amenazas constantes de clausura". El trágico desenlace refleja las tensiones entre el cumplimiento de las normativas municipales y las dificultades que enfrentan los comerciantes en un contexto económico complejo. La comunidad quilmeña se encuentra impactada por la pérdida de Montero, mientras se espera que la investigación arroje más luz sobre las circunstancias que llevaron a este desenlace fatal.